La reciente medida tomada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que incluye la imposición de aranceles del 25% a productos importados de México y Canadá, está causando inquietud en varios sectores económicos, particularmente en el sector de la construcción. Esta acción, programada para comenzar el 4 de marzo de 2025, podría impactar de manera considerable los costos asociados a los materiales empleados en los proyectos de construcción en ambos países.
La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá está generando preocupación en diversos sectores económicos, especialmente en la industria de la construcción. Esta medida, que entrará en vigor el 4 de marzo de 2025, podría tener repercusiones significativas en los costos de los insumos utilizados en proyectos de construcción en ambos países.
José Antonio Rodríguez Garza, quien ocupa el cargo de director general en una destacada cadena de tiendas de mejoramiento del hogar en México, comentó que la incertidumbre generada por estos aranceles ha generado presión sobre el valor del peso frente al dólar. La depreciación de la moneda mexicana tiene un efecto directo en los precios de materiales de construcción esenciales, como cables y varillas, debido a que numerosos de estos productos están valorados en dólares. «Cuando el tipo de cambio se ve afectado, hay consecuencias porque muchos materiales básicos de la construcción están dolarizados en México. Por lo tanto, sí impacta en los costos a corto y mediano plazo», afirmó Rodríguez Garza.
Asimismo, la industria de materiales de construcción en América del Norte podría ver reducida la demanda si se implementan estos aranceles, lo cual influiría en la competitividad y los costos del sector. La fluctuación en los precios de materiales como el acero, aluminio, cobre y madera pone en riesgo la estabilidad de los desarrollos de construcción en la región.
Respuestas de compañías y consumidores
A pesar de la incertidumbre, ciertas compañías continúan con su compromiso de invertir en México. Por ejemplo, la cadena antes mencionada declaró una inversión superior a 1,300 millones de dólares en el país para el periodo 2025-2028, con la meta de ampliar su presencia y alcanzar las 165 tiendas, comparado con las 140 actuales. Este crecimiento también se traducirá en un incremento semejante en sus ventas. Rodríguez Garza subrayó que, aunque no pueden gestionar el impacto de los aranceles, continúan percibiendo oportunidades en el mercado mexicano y mantienen una perspectiva a largo plazo.
Por otro lado, los consumidores podrían ver un incremento en los precios de productos vinculados a la construcción y mejoras del hogar. La devaluación del peso y el alza en los costos de los materiales podrían reflejarse en el precio final de estos productos, impactando el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
Por otro lado, los consumidores podrían enfrentar aumentos en los precios de productos relacionados con la construcción y mejoras para el hogar. La depreciación del peso y el incremento en los costos de los insumos podrían trasladarse al precio final de estos productos, afectando el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
Medidas gubernamentales y perspectivas futuras
El gobierno mexicano ha tomado medidas para mitigar el impacto de los aranceles y mantener la estabilidad económica. Entre estas acciones se encuentra la obtención de una prórroga hasta el 2 de abril en la imposición arancelaria del 25% a sus importaciones por parte de Estados Unidos. Además, México se ha comprometido a intensificar acciones contra el narcotráfico, el tráfico de drogas, la inmigración ilegal y el control de inversiones chinas. Estas medidas buscan cumplir con las exigencias de la administración Trump y evitar la imposición de aranceles que podrían afectar gravemente la economía nacional.
A nivel internacional, la situación ha generado tensiones comerciales que podrían afectar el comercio mundial. La Unión Europea y otros países afectados están preparando respuestas recíprocas a las medidas arancelarias de Estados Unidos, lo que podría desencadenar una guerra comercial con consecuencias negativas para la economía global.